Los expertos consideran que los datos son muy alarmantes: los TCA se han convertido en la primera causa de mortalidad por enfermedad mental en la adolescencia y la tercera enfermedad crónica en este grupo de edad, según la Fundación Cofares y FITA. Lo cierto es que este tipo de trastorno cada vez aparece a edades más tempranas, según un estudio realizado en el Instituto de Investigación de Bellvitge, en Hospitalet de Llobregat.

Perfil de la persona afectada

Las mujeres son más propensas a tener trastornos alimentarios, alrededor de un 90 por ciento de los pacientes, debido a la presión social que se ejerce sobre su cuerpo, especialmente desde la infancia, según la Asociación Contra la Anorexia y la Bulimia (ACAB). “El perfil más común es el de mujeres entre los 12 y los 25 años, aunque cada vez se están dando más casos en varones y en personas de 12 años”, asegura Paola Rodríguez, psicóloga de la Unidad de TCA de la Clínica López Ibor. Y, lo más curioso, es que suele tratarse de mujeres bien formadas y preparadas educativa y laboralmente. “A nivel educativo concurren más casos de personas con estudios universitarios o estudios superiores. Y a nivel profesional nos encontramos con cargos laborales de alto nivel de implicación y exigencia, dedicados al mundo de la moda, el marketing, las finanzas, la salud física y mental, e incluso perfiles televisivos”, asegura la doctora Rodríguez.

Señales de alarma

Hay algunas señales que nos pueden dar la pista de que algo no va bien:

  • Físicas: Pérdida de peso de origen desconocido, sobre todo en chicas, fallo en el crecimiento normal para la edad y el peso, irregularidades en la menstruación y/o amenorrea, complicaciones médicas por ejercicio físico abusivo, osteoporosis en jóvenes, hirsutismo, anomalías dentarias, hipertrofia parotídea y callosidades en los nudillos de las manos.
  • Conductuales: Desaparecen inmediatamente después de las comidas y se encierran en el baño, tienen un creciente interés por temas gastronómicos, ropa y modas, usan pantalones de manera exclusiva o tienen tendencia a ocultar ciertas partes del cuerpo, evitan alguna comida o alimento de forma frecuente, son excesivamente retraídos con sus amistades y compañeras/os, o le dedican excesivas horas al estudio.

Graves repercusiones a todos los niveles

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son trastornos mentales de origen multifactorial (factores biológicos, psicológicos y socioculturales), con graves repercusiones en la vida de quienes los sufren.

  • A nivel físico: “Tiene consecuencias como amenorrea, problemas óseos, cardíacos, gastrointestinales, deterioro orgánico y cognitivo, entre otros”, apunta la experta.
  • A nivel psicológico: Es un trastorno que aunque sea aparentemente físico tiene graves afecciones mentales: “Implica un nivel de sufrimiento emocional tan elevado, que afecta gravemente a la calidad de vida de aquel que lo padece, y, además, al nivel de funcionalidad de la persona.
  • A otros niveles: También afecta en las relaciones sociales de la persona y a nivel familiar. “Es de suma importancia recalcar que la familia debe formar parte del proceso terapéutico del paciente que padece TCA y que el cuidador también necesita recibir ayuda”, advierte la psicóloga de la Clínica López Ibor.

¿Por qué han aumentado los casos?

El número de casos se ha podido ver incrementado en los últimos años por varias razones:

  • Uso de redes sociales: La experta apunta como principal causante el incremento del uso de redes sociales e internet entre los jóvenes, y, por ende, la exposición a la crítica y el culto al cuerpo delgado. “Hay que tener en cuenta, que la adolescencia es la época en la cual las personas están desarrollando su personalidad, siendo uno de los momentos de mayor vulnerabilidad para nuestros jóvenes.”
  • Pandemia Covid-19: A raíz de la pandemia del Covid-19 se han vivido situaciones de elevado nivel de estrés: “El número de casos de trastornos de conducta alimentaria se ha visto incrementado y antiguos pacientes han vuelto a presentar sintomatología nuevamente a raíz de la pandemia”, según Paola Rodríguez.
  • Altos niveles de estrésEn momentos en los que la persona puede percibir sensación de descontrol, lo cual genera estrés y malestar emocional, se tiende a recurrir a sintomatología TCA para paliar el malestar, y ganar una mayor sensación de control.” Es decir, cuando los niveles de estrés son desmedidos, los afectados intentan tratar de controlar la situación dejando de comer o dándose atracones de comida que luego terminarán vomitando.
¿por qué han aumentado los tca en los adolescentes
Lemuel Caparaz / EyeEm//Getty Images

¿Cómo influyen las redes sociales?

  • Son seguidas por mujeres adolescentes: “Aproximadamente un 60 por ciento de usuarios de las redes sociales son mujeres adolescentes, que es uno de los principales factores de riesgo de padecer un TCA.
  • Promueven como ideal estético la delgadez: A nadie se le escapa que la imagen de una persona delgada es sinónimo de éxito profesional y social. “Estamos sobreexpuestos a un ideal estético delgado, en las redes sociales se tiende a promover este ideal, por lo que la población joven se encuentra en continuo contacto con este tipo de imagen.
  • Hashtags enmascarados: Otro de los peligros de las redes sociales son los hashtags que van dirigidos a la delgadez y a la consecución de la bajada de peso. “Algunos jóvenes han formado comunidades on line donde discuten los trastornos alimentarios e intercambian consejos sobre las mejores formas para perder peso y verse delgados. Suelen usar hashtags creativos y abreviaturas para sortear los filtros”, cuenta la psicóloga. Un dato: más de 4,5 millones de fotos colgadas en la red llevan la etiqueta #anorexia y, en su momento, etiquetas cómo #iphone6challenge, #A4Paperchalleger, promoviendo retos para fomentar la delgadez extrema, tuvieron muchísimo éxito. La buena noticia: Instagram, YouTube, Snapchat, TikTok y Twitter ahora luchan contra este tipo de sucesos, y han ido a favor de los movimientos por la recuperación del TCA.
  • Algunos influencers pueden atraer a personas con TCA: “No quiere decir que los influencers tengan como objetivo dañar a las personas que siguen sus movimientos por redes sociales o revistas, pero hay determinados perfiles, que por sus publicaciones o por su estilo de vida, pueden suscitar el interés y llamar la atención de jóvenes con riesgo de padecer un TCA, o que ya lo padezcan”, advierte la Dra. Rodríguez. ¿Por ejemplo? Aquellos que están muy focalizados en el ejercicio físico, la alimentación y en publicaciones relacionadas en torno al cuerpo. “Esto puede suponer un peligro para población de riesgo.

¿Cómo evitar la influencia negativa de las Redes?

  • Limitar su uso: Hay que limitar el uso de dichas redes, tanto en tiempo, como en calidad de uso. “Es decir, no permitir que los jóvenes tengan acceso ilimitado en horas a las redes sociales y a internet, puesto que esto permite que puedan acceder a una cantidad indeterminada de plataformas, que, en ocasiones, pueden tener contenido peligroso”, aconseja la psicóloga Paola Rodríguez.
  • Control parental de Internet: Cuánto más jóvenes son más recomendable es el control parental de acceso a internet para supervisar el contenido al que acceden. “Hay que hablar con ellos y alertarles de los peligros de las redes sociales y de las plataformas de internet. Ésta es una medida preventiva eficaz y protectora hacia ellos.
  • Empatizar con ellos: Siempre se ha dicho de que los padres no debemos ser amigos de nuestros hijos, sino padres. Pero, en este caso, la empatía con ellos en crucial: “Si un menor tiene cualquier tipo de problema, es recomendable que acuda a una persona de confianza en busca de ayuda para solventar dudas o conflictos de la manera más resolutiva posible”, según la experta.

Buscar siempre ayuda profesional

La detección precoz es fundamental y, por lo general, es el pediatra o el médico de atención primaria quien capta los primeros síntomas de la enfermedad. A partir de aquí se suele derivar al especialista y, si la situación es grave, éste puede ir directamente a un ingreso hospitalario.

Es fundamental acudir a centros que cuenten con un equipo multidisciplinar de profesionales expertos en trastornos de la conducta alimentaria (endocrino, nutricionista, psicólogo, psiquiatra...). Y el tratamiento tiene que ser específico y personalizado para cada paciente. De hecho, el tratamiento psicológico junto con la reeducación de los hábitos alimentarios es la piedra angular de un buen programa de tratamiento de la anorexia y la bulimia.

Algo más: la implicación familiar es fundamental porque es necesario evaluar y trabajar con la familia para conseguir que sea un elemento de apoyo y no de perpetuación de la conducta patológica

Por último, hay que saber que el tiempo de curación de un trastorno de la conducta alimentaria es indeterminado y son fundamentales la constancia y la perseverancia. “El tratamiento para el TCA es de los tratamientos más largos y se necesita constancia y perseverancia por parte de la persona que lo padece, la familia, y los profesionales que trabajan junto a ellos”, concluye la experta.