“No tengas hijos, disfruta de la vida", le dijo su madre a Liliana Nieves, directora de ‘Mamífera’, la película en defensa de las no madres que pone sobre la mesa el controvertido derecho a la no maternidad. “La frase me marcó. ¿Era mi madre una madre arrepentida? Esta fue la semilla que sembró mis dudas sobre la maternidad. Se ha hablado poco hasta ahora de lo que llegar a los 40 sin hijos significa para las mujeres. Especialmente para aquellas que tienen la posibilidad de tenerlos, pero no quieren”, explica Nieves, cuyo tercer largometraje ha sido premiado en el festival SXSW en Texas.

“Me gustaría que 'Mamífera' sirviera como espejo para otras mujeres que han decidido no ser madres y se sienten incomprendidas. Mi deseo es que esta película no sirva para reivindicar una opción de las mujeres contra otra, sino para tejer redes de comprensión entre todos los posibles modelo”, asegura.

"La sociedad no tiene en cuenta la maternidad como una opción"

En España, durante 2023, nacieron 322.075 niños, una cifra que es tres cuartas veces inferior a la alcanzada hace una década. Aunque la generación ‘No mo’ (No mother) sigue en aumento, el explícito deseo de no ser madres les condena aún hoy a numerosos estigmas y presiones . “La presión la sientes de manera directa y explícita cuando tus padres, algún otro familiar cercano, tu pareja o tus amigos, comienzan a preguntarte “¿Y el bebé para cuando?” o “¿Hasta cuándo vas a esperar para ser madre?”. Son preguntas que no tienen en cuenta la maternidad como una opción, sino que presuponen que serás madre. La presión se siente de manera indirecta cuando ves cómo las personas de tu circulo que son padres interactúan entre sí y puedes sentirte un poco excluida de la conversación, cuando ves que con cada anuncio de embarazo, todo el mundo celebra y felicita a la persona que está gestando, o incluso cuando alguien que no te conoce asume que eres madre por el sólo hecho de ser mujer”, explica a ‘Elle’ Isabel Cortés, de Nunca Madres, una comunidad de mujeres no madres por elección.

"Se cree que la maternidad es un mandato obligatorio que ninguna mujer debería rechazar"

“Los comentarios más comunes que nos hacen cuando decimos que no queremos maternar son “Eres una egoísta”, “Te vas a arrepentir de no tener críos”, “¿Quién te va a cuidar cuando seas mayor?” y “No has encontrado al hombre ideal. Ya verás cómo cuando lo conozcas, cambias de parecer". Muchas veces, las personas que nos lo dicen no lo hacen de manera malintencionada, sino porque sus creencias aún están muy arraigadas en la maternidad como un mandato obligatorio que ninguna mujer debería rechazar”, señala.

"Muchas mujeres deciden ser madres desde el miedo a perderse de algo y a dejar de pertenecer”

Por su parte Irán Sosa, cofundadora de Nunca Madres junto a Cortés, señala que aunque jamás ha sentido presión para ejercer la maternidad por parte de su familia directa y política, sí ha experimentado el estigma sobre su decisión en todos los ámbitos sociales. “Algunas personas incluso creían que era por un tema de infertilidad o porque tenía problemas con mi marido. Hay una serie de supuestos que las personas al ver a una mujer casada, con un buen trabajo y que no es madre. Esos estigmas siguen vigentes y siguen representando cargas para las mujeres que están en procesos de decisión sobre si quieren o no maternar, por lo que muchas de ellas deciden ser madres desde el miedo a perderse de algo y a dejar de pertenecer”, indica.

Cómo afecta no querer ser madre a la pareja

Hace algunos meses hablamos de la importancia de que quienes no desean ser madres se lo hagan saber a sus parejas al comienzo de la relación, pues aunque las aplicaciones de citas cuentan con la opción de aclararlo desde un primer momento, quienes deciden no tener hijos se encuentran habitualmente con conversaciones incómodas con sus potenciales parejas o incluso con sus ya parejas, que pese a saber que no quieren ser madres, consideran que es ese deseo es fruto de una fase.

no ser madre
Mamífera
Imagen de ’Mamífera’

M. Àngels Jover, Senior Project Manager, señala lo mucho que puede afectar a una relación tener deseos opuestos al respecto. "Con mi pareja actual, el tema surgió de manera natural y fue fácil, porque ambos compartimos la misma visión de no querer ser padres. Aunque inicialmente había preocupación de que alguno estuviera influyendo en la decisión del otro, cualquier duda se esfumó después de tener algún “problemilla” y de que los dos nos asustáramos más de lo que lo habría hecho una pareja de adolescentes. Con parejas anteriores fue diferente: ellos sí que querían tener hijos, y creo que saber eso hacía que inconscientemente, yo supiera que la relación iba a ser algo temporal”, explica.

"Muchos creen que de golpe, se va a bajar un interruptor que hará que quiera ser madre"

Isabel Cortés señala que cuando ha estado activa en apps de citas, escribe en su perfil que ni es, no quiere ser madre, por lo que cuando comienza a salir con alguien y hay intención de considerar comenzar una relación, reitera de manera explícita e inequívoca que no quiere serlo. “Es curioso cómo, en algunas ocasiones, los hombres con los que he salido parece que aceptaran mi decisión sin problemas y meses después, cuando ponen el tema sobre la mesa y les reitero de nuevo mi decisión, me dicen cosas como “ya cambiarás de opinión” o “más adelante lo veremos de nuevo”, asumiendo que en algún momento, se me fuera a bajar un interruptor que me hiciera desear ser madre de un momento a otro”, dice.

"¿Acaso decidir ser madre no es radical, o esto sólo aplica a decisiones que van contracorriente?"

“Un hombre con el que ya llevaba algunos meses saliendo me dijo que yo había tomado una decisión muy radical al decidir no tener hijos. La pregunta que me hago ahora es, ¿acaso decidir ser madre no es radical, o esto sólo aplica para decisiones que van contracorriente? Para mí una decisión radical es aquella que no tiene vuelta atrás, y si me preguntan, la maternidad es una de ellas”, asegura.

"No puedes estar en una relación y asumir que la otra persona sí quiere ejercer la maternidad"

La pareja de Irán tiene seis años menos que ella, y desde el segundo mes de relación, pusieron sobre la mesa el tema. Su acuerdo fue volver a abrir la conversación a los cinco años, y así lo hicieron. “Él se inclinaba hacia el no ser papá y yo no tenía ni idea, porque había momentos en los que pensaba que sí y otros en los que creía que en absoluto. Siempre tratamos este tema con base en acuerdos mutuos, y considero que es vital tener esta conversación desde el principio. No puedes estar en una relación y asumir que la otra persona sí quiere ejercer la maternidad o paternidad. Son conversaciones duras y difíciles, pero hay que tenerlas, pues de lo contrario, después será muchísimo más complicado”, señala.

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Mamífera
Imagen de ’Mamífera’

Aunque el término 'child-free' lleva entre nosotros desde comienzos del siglo XX, fue en los años 70 cuando el feminismo comenzó a emplearlo para señalar la importancia de hablar de las mujeres que voluntariamente no desean ser madres como un grupo diferente del compuesto por las que no lo son por otros motivos, pues gran parte de las investigaciones académicas juntan en un mismo grupo a todas, por lo que los análisis rara vez son capaces de reflejar las experiencias y sentimientos de quienes no quieren ejercer la maternidad. Existen, eso sí, muchos términos para hablar de ellas e incluso grupos de radicalidad diferente que consideran que traer niños a este mundo es problemático. Después de que en el Reino Unido se acuñara el término ‘child-free’, Estados Unidos incluyó ‘No mo’. Las 'birthstrikers' se niegan a ser madres a causa del cambio climático, mientras que las antinatalistas señalan que traer vida al planeta tierra es inherentemente una condena al sufrimiento.

"Mi interés por la maternidad era más una idealización que un deseo real"

M. Àngels Jover comparte con ‘Elle’ su caso. “Ser madre nunca me ha llamado la atención: siempre he tenido otros intereses y prioridades. Hace unos años, leí 'Selfish, Shallow and Self-Absorbed', de Meghan Daum, que recoge testimonios de escritoras que no han querido ser madres. Uno de los ensayos me hizo entender que mi interés por la maternidad era más una idealización que un deseo real. Incluso así, la presión social existe y es una decisión que es difícil de tomar en firme. Por ejemplo, nunca me he atrevido a tomar medidas definitivas que podrían haber mejorado mis reglas, que son bastante dolorosas”, explica.

“He escuchado de todo, y curiosamente, quienes opinan suelen ser hombres"

“He escuchado de todo, y curiosamente, quienes opinan suelen ser hombres. Considero que mi madre ha jugado un papel fundamental en que yo me sienta segura de mi decisión, enseñándome desde niña la importancia de ser independiente y tomar mis propias decisiones. Siempre que ha salido el tema, he sentido un apoyo total por su parte”, añade Jover.

"Este planteamiento me vino estando soltera: era un proceso interno mío"

Sara García, consultora de comunicación, señala que en su caso, simplemente se dejó llevar por lo que sentía en cada etapa. “Durante años, siempre decía que no quería ser madre. Cuando me hice mayor, dejé de verbalizar esas afirmaciones para ver si aparecía un instinto que jamás llegó. He sentido en cada momento cierta presión, sobre todo cuando se acercaban los 40. Creo que es una fase en la que a las mujeres nos dicen que se nos acaban físicamente las oportunidades (cosa que se coge con pinzas), y sientes ese ultimátum de "¿Seguro que no quiero?"¿Me arrepentiré?". Por eso, le di mil vueltas. Incluso temí estar equivocándome, porque personas en mi entorno me decían que no había un momento concreto, que todo era ponerse. Lo curioso es que este planteamiento me vino estando soltera: era un proceso interno mío”, explica.

¿Juzgan los médicos a quienes no quieren ser madres?

Por último, queremos saber si las mujeres con las que hemos hablado a lo largo del artículo se han topado con baches dentro del mundo de la ginecología al expresar su deseo de no ser madres. Cortés comenta que aunque siempre ha apostado por ginecólogas para evitar comentarios inoportunos y situaciones incómodas por parte de un hombre, habiendo sido las profesionales con las que ha tratado siempre respetuosas con su decisión, en otras ocasiones y con otro tipo de médicos, la situación ha sido diferente.

"Un médico me dijo que “las mujeres que no usábamos nuestro útero” vivíamos menos tiempo"

“En tales casos, después de preguntarme si tengo hijos y recibir una respuesta negativa por mi parte, me han hecho comentarios o preguntas en tono despectivo o condescendiente. Las preguntas generalmente cuestionan la razón por la que no tengo críos, un tema personal que nada tiene que ver con mi consulta. Me han hecho comentarios en los que afirman que aún tengo tiempo y me dan consejos sobre lo que debo hacer si es que lo que me sucede es que tengo dificultades para quedarme embarazada, sin que yo los haya pedido”, explica. “Una vez, un médico me dijo que “las mujeres que no usábamos nuestro útero” vivíamos menos tiempo y teníamos un riesgo muy alto de desarrollar un cáncer. Este tipo de comentarios alarmistas que centran las razones para maternar en una cosa diferente al deseo, la capacidad y la decisión, son el peor tipo de manipulación", asegura.

"Hemos normalizado que se nos violente de manera rutinaria en las consultas ginecológicas"

Irán Sosa señala que en al menos cinco o seis momentos de su vida, los y las ginecólogos le dijeron que los miomas o los quistes “son el castigo del cuerpo o la naturaleza por la no maternidad ". "Por ello es súper importante encontrar a una o un ginecólogo que no ejerza ningún tipo de violencia ginecobstetra. Estamos muy acostumbradas y hemos normalizado que se nos violente de manera rutinaria en las consultas ginecológicas. Es necesario que seamos consientes de que este tipo de comentarios nos afectan y nos hacen sentir culpables de algo, como si la no maternidad fuera una mala decisión de la cual hasta tu misma naturaleza como mujer se arrepiente”, explica.

"Nadie ha de recetarse la maternidad, crear la vida de los otros para hacer la suya visible"

De ahí la importancia de películas como Mamífera, que visibiliza las dificultades de la no maternidad y la desestigmatiza. Como escribe Sara Torres en 'La seducción', "nadie ha de recetarse la maternidad, crear la vida de los otros para hacer la suya visible. Todo mi amor no es suficiente para traer a otro cuerpo a la posibilidad de la angustia".