Cuando pienso en los vinos de Canarias pienso en vinos originales. No esta sensación que a veces me pasa del tipo "este vino ya lo he catado". Son vinos raros, de producciones limitadas, artesanales, complejos y especiados. Ser una de las cuatro regiones mundiales libre de filoxera (junto a las otras C de Chipre, Creta y Chile) hace que a parte de tener pie franco, este archipiélago sea un jardín botánico con más de 80 variedades diferentes, veinte de ellas autóctonas.

Estos vinos volcánicos de tierras fértiles y relativamente jóvenes, son un mosaico geológico, de viticultura heroica. Por eso la vendimia manual es prácticamente obligada, y mejor si es en cajas de 20kg y con selección manual en el viñedo. Su particularidad vitícola es que hay más denominaciones de origen en Canarias que islas.

Su microclima tan especial hace que aunque estén en la latitud 28 norte (clima subtropical) la viña pueda hacer su ciclo. Su unicidad se debe a su peculiar meteorología gracias a los vientos alisios, el mar de nubes que le da esa nota de salinidad a sus vinos.

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Crédito: Bodegas El Grifo


Este blanco seco elaborado de malvasía volcánica de Lanzarote es explosivo de aromas y sí, merece ser maridado no solo con una papas al mojo picón, si no con una buena sorpresa. Del tipo estoy embarazada de gemelos, me he divorciado o he comprobado que soy bisexual.

Viñedos cincuentones que crecen con la mineralidad cubiertos de un manto de ceniza volcánica. Bodegas El Grifo, fundada en 1775 por los antepasados de la familia Otamendi Rodríguez-Bethencourt, es la más antigua de toda Canarias y una de las diez más antiguas de España. Un ramo de flores embotelladas de azahar, jazmín que evoluciona a aromas frutales de hueso como albaricoque ideal para grandes cotilleos.

Y sí también una opción top para brindar con tu madre en su día pero no porque sea un vino blanco y aromático, si no por su complejidad e intensidad. Piensa que todas éramos mejor madres antes de serlo y que un trabajo no remunerado 24/7 se merece un vino criado con lías.